Crisis bilateral con Chile y la Defensa Nacional
-Un militante de Tierra y Libertad-
A raíz del caso del suboficial FAP Víctor Ariza Mendoza, que ha cometido el delito de traición a la patria al vender secretos militares a la inteligencia chilena, resulta necesario señalar algunos elementos para colocar este hecho en su real perspectiva.
Primero, debemos tener en cuenta que todos los países realizan actividades de inteligencia militar para el frente externo, con el objetivo de adecuar sus capacidades militares a su entorno geoestratégico. Estas actividades, en algunos casos, incluyen la captación de espías en otros estados. Existe evidencia de que el Perú lo hizo en el Ecuador antes y después de la firma del Acuerdo de Paz de 1998, y hay versiones de que se habría hecho también en Chile en los últimos años a través de la empresa Bussines Track. Es decir, no cabe rasgarse las vestiduras, utilizar el hecho para ocultar graves denuncias, desde los medios de comunicación, que vienen sucediendo en el país por un hecho que es mucho más corriente de lo que parece y que también se da, y de manera más cotidiana, en el ámbito de las empresas privadas de seguridad, aspectos que aún siguen en investigación a pesar del tiempo transcurrido.
Segundo, este caso de espionaje militar refleja el mal estado de las relaciones bilaterales con Chile y el nivel de desconfianza a ambos lados de la frontera. Pero sobre todo refleja las carencias y debilidades de nuestro Sistema de Defensa Nacional, que necesita una reforma en profundidad. Pero no una reforma solo para comprar más armamento y gastar más en Defensa (lo cual puede resultar necesario debidamente planificado), sino para mejorar las capacidades de nuestro recurso humano militar bajo los adecuados controles democráticos sobre las fuerzas armadas mejorando sustancialmente la calidad de vida de nuestros soldados. Solo para plantear un ejemplo, los jóvenes soldados que prestan servicio militar voluntario y son enviados a combatir a Sendero Luminoso en el VRAE reciben como toda retribución una “propina” que asciende a 160 soles mensuales. En ese sentido, toda reforma de la Defensa debe apuntar a fortalecer los recursos humanos encargados de ese bien público que es la Defensa Nacional.
Tercero, no debemos dejarnos engañar por el discurso patriotero de García y olvidar que los verdaderos traidores a la patria son los mandos militares corruptos que permitieron que las fuerzas armadas sean cooptadas, politizadas y desprofesionalizadas por Montesinos durante el fujimorismo, y los políticos serviles que han permitido que capitales chilenos se hagan de industrias estratégicas en nuestro país, como ha quedado evidenciado en el penoso caso del puerto de Paita. No permitamos que García oculte todos los problemas del país tras la cortina de humo de la agresión extranjera. Debemos apuntar a distender la relación bilateral, no para evitar “espantar a la inversión chilena” como dijera infelizmente alguna vez nuestro presidente, sino para resguardar la seguridad y el bienestar de todos los peruanos, incluyendo a los decenas de miles de compatriotas que buscando un mejor futuro para sus familias emigraron al vecino del sur.
Por último, debemos esperar que el gobierno chileno, tras el envío del expediente judicial del caso Ariza por parte de la cancillería, de las explicaciones y satisfacciones del caso. De lo contrario podrían evaluarse otras medidas, como la pertinencia de mantener los privilegios que fueron otorgados al capital chileno a través del Acuerdo de Complementación Económica con dicho país.
Lima, noviembre del 2009
-Un militante de Tierra y Libertad-
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