El padre Marco Arana despega en las encuestas.
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Por Mirko Lauer
En esta semana Marco Arana tuvo varias salidas públicas que lo muestran como un candidato distinto del que pintan los estereotipos desde la derecha, con algo más de perspectiva que su ranking en las encuestas.
En esta semana Marco Arana tuvo varias salidas públicas que lo muestran como un candidato distinto del que pintan los estereotipos desde la derecha, con algo más de perspectiva que su ranking en las encuestas.
Arana respondió con claridad tajante al intento senderista de acercársele, con el postulado de una opción democrática desvinculada de antiguos golpistas o violentistas perennes. Es probable que ese abrazo del oso del abogado-vocero SL Alfredo Crespo signifique que para ellos es importante quemar a Arana para el 2011.
En otro momento el precandidato ha anunciado su probable pedido de suspensión de labores sacerdotales, pero a la vez precisó que no por eso piensa dejar de lado su fe cristiana. Una declaración de sentido común, pero que al igual que la anterior disipa versiones que buscan encasillar su imagen en formas de rebeldía.
Luego se presentó Arana ante los periodistas del nuevo Club de la Prensa y causó, al menos entre la gente que pudimos consultar, la impresión de ser una persona articulada e informada. Anuncio de que probablemente no le va a ir mal con los medios, una vez que estos lo lleguen a ubicar en sus radares temáticos.
Por lo pronto Arana tiene unos cuantos caballos de batalla de innegable impacto. El coto a la minería, defensa del medio ambiente, de los movimientos indígenas o la no prescripción de los delitos de corrupción son el tipo de tema que los va a mantener en el vórtice polémico (la Confiep ya le ha respondido) y en la mirada del público.
Vemos, pues, que Arana tiene casi todas las ventajas de su competidor inmediato Ollanta Humala, pero sin sus hándicaps. No es fácil asociarlo con Hugo Chávez, no tiene una bancada parlamentaria que lo desprestigie, todavía no es un rostro asimilable a la política cotidiana donde se dan todos los escándalos.
A la vez es evidente que sus posiciones no ocupan hoy un nicho mayoritario de la opinión pública. Por lo pronto la recolección de firmas para inscribirse en el JNE no está resultando fácil. Si bien se le ve bien ubicada para dar esa primera batalla frente a Humala, solo una reversión bíblica de tipo David-Goliat le permitiría ganarle.
Pero quizás, como sucede con más de un movimiento hoy, el objetivo central de Tierra y libertad no sea la presidencia de Arana sino una presencia sustantiva en los gobiernos locales mañana, y en el Congreso pasado mañana. En otras palabras, recuperar la presencia izquierdista que el éxito de Humala en el 2006 no logró realmente establecer.
En otro momento el precandidato ha anunciado su probable pedido de suspensión de labores sacerdotales, pero a la vez precisó que no por eso piensa dejar de lado su fe cristiana. Una declaración de sentido común, pero que al igual que la anterior disipa versiones que buscan encasillar su imagen en formas de rebeldía.
Luego se presentó Arana ante los periodistas del nuevo Club de la Prensa y causó, al menos entre la gente que pudimos consultar, la impresión de ser una persona articulada e informada. Anuncio de que probablemente no le va a ir mal con los medios, una vez que estos lo lleguen a ubicar en sus radares temáticos.
Por lo pronto Arana tiene unos cuantos caballos de batalla de innegable impacto. El coto a la minería, defensa del medio ambiente, de los movimientos indígenas o la no prescripción de los delitos de corrupción son el tipo de tema que los va a mantener en el vórtice polémico (la Confiep ya le ha respondido) y en la mirada del público.
Vemos, pues, que Arana tiene casi todas las ventajas de su competidor inmediato Ollanta Humala, pero sin sus hándicaps. No es fácil asociarlo con Hugo Chávez, no tiene una bancada parlamentaria que lo desprestigie, todavía no es un rostro asimilable a la política cotidiana donde se dan todos los escándalos.
A la vez es evidente que sus posiciones no ocupan hoy un nicho mayoritario de la opinión pública. Por lo pronto la recolección de firmas para inscribirse en el JNE no está resultando fácil. Si bien se le ve bien ubicada para dar esa primera batalla frente a Humala, solo una reversión bíblica de tipo David-Goliat le permitiría ganarle.
Pero quizás, como sucede con más de un movimiento hoy, el objetivo central de Tierra y libertad no sea la presidencia de Arana sino una presencia sustantiva en los gobiernos locales mañana, y en el Congreso pasado mañana. En otras palabras, recuperar la presencia izquierdista que el éxito de Humala en el 2006 no logró realmente establecer.
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